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viernes, 29 de julio de 2016

Por fin lo pude hacer...

Otra de las muchas cosas que han pasado en todo este tiempo que no he escrito en el blog es que también han habido algunos cambios en mí misma. Hacía mucho tiempo que quería hacer muchas cosas y, por un motivo u otro, nuca las he hecho.

Pues bien, por fin, después de todo el tiempo que he querido hacerlo, me he puesto braquets. No es que tenga los dientes excesivamente torcidos o feos, pero tengo uno bastante torcido que siempre he querido poner bien y, ahora, he podido hacerlo.

Los braquets que me he puesto son los que llaman estéticos, es decir, transparentes, por lo que para verlos tienes que estar fijándote bastante. Están hechos de cristal de zafiro y son muy resistentes, tampoco se manchan por lo que te tienes que despreocupar de que se pongan amarillos porque no va a suceder. En mi caso, tengo que llevarlos durante 18 meses como mucho, pero mi ortodoncista me ha dicho que es posible que sea menos tiempo.


Para el que no haya tenido la necesidad de ponerse braquets, decir que no es algo muy cómodo. Notas que tienes algo entre los dientes y el interior de los labios y eso hace que estés algo incómoda. También hay posibilidad de que te rocen y te hagan ciertas heriditas en el interior de la boca, aunque yo he tenido suerte y sólo me roza uno, pero tranquilos, que hay una cera que se vende en farmacias (aunque a mí la ortodoncista me dio dos cajitas) y que te puedes poner en el braquet que te roza para ocultarlo y que deje de rozarte.

Lo peor de los braquets, el dolor que te provocan en los dientes, cuando te los ponen, como el arco (el alambre que te cruza por toda la boca) ejerce presión en las piezas para que se muevan, hace que entre los 3 y 7 días siguientes te duelan cuando masticas. Eso puede hacerse un poco molesto porque te impide comer bien. Yo he tenido que pasar algunos días comiendo sopas, purés o consomés con un segundo plato de pescado, porque no podía masticar.

Otra de las cosas que es algo "pesado" es la higiene bucal cuando llevas los braquets. Lo normal es cepillarte los dientes en unos 3 minutos, pero cuando llevas braquets, olvídalo, yo tardo ahora unos 20 minutos en cepillarme los dientes y, por supuesto, uso mogollón de cosas para hacerlo. Uso el cepillo interdental, el hilo dental y el cepillo de dientes y tienes que cepillar los dientes de una manera en concreto para que los braquets estén limpios y no te provoquen futuras caries en las piezas por la falta de higiene. Al principio, puede ser un rollo, pero cuando te acostumbras, se convierte en algo normal. Y te tienes que cepillar los dientes cada vez que comas algo, así que, os recomiendo llevar un kit de cepillado en todo momento. Os dejo un vídeo muy completo que he encontrado en youtube.


También en un poco incómodo no poder comer ciertas cosas, porque pueden hacer que se desprendan los braquets o se rompa el arco y entonces, el tratamiento se retrasa. Por ejemplo, no puedes comer chucherías, chicles o caramelos; tampoco puedes morder, es decir, darle el típico bocado a una hamburguesa o un bocadillo, porque también puedes hacer que se despeguen los braquets. Olvídate de comer cosas duras, y bueno, en general es esto lo más importante.

Aún me queda mucho tiempo de tratamiento pero a día de hoy, estoy contenta de llevar los braquets, aunque me duelan los dientes cada vez que me los aprietan o tenga limitaciones en la comida.

miércoles, 20 de julio de 2016

Más cosas nuevas

Como ya dije con anterioridad, es posible que haya alguien leyendo las nuevas entradas del blog y ya sepa de todo esto pero, para los que no lo saben, he decidido contar todo lo que creo que es importante y que ha marcado mi nueva etapa, por eso quiero compartirlo con los que me leen.

Durante bastante tiempo estuve pensando en aprender a hacer platos japoneses. Al empezar a interesarme en la gastronomía japonesa, tuve la inquietud de querer aprender. Empecé de manera autodidacta viendo vídeos y buscando recetas de esta gastronomía.

Primero empecé con un curso de Sushi que hice de un único día y ahí reforcé lo que ya había aprendido por mí misma pero, al mismo tiempo, sentí que necesitaba aprender más de este mundo y no sólo saber hacer makis, uramakis o temakis.

(Niguiris)

Empecé a buscar información por internet sobre cursos que estuviera mucho más completos y di con uno que me interesó muchísimo en la Escuela de Hostelería Hofmann de Barcelona. Cuando recibí la información del curso decidí que ese era el que tenía que hacer y me matriculé.

En enero de 2016 empecé a estudiar en la Escuela y fue una experiencia magnífica. Aprendí muchísimo sobre la gastronomía y platos que nunca habría imaginado. También aprendí a hacer cosas que son más conocidas como la típica Okonomiyaki y la Tamagoyaki (ésta ya la había practicado en casa pero en la escuela fue completamente diferente.

(Okonomiyaki)

Aprendí a cortar el pescado adecuadamente para poder hacer los distintos platos. También aprendí a realizar las distintas recetas con un resultado estupendo.

Cuando acabé el curso, me sentí genial, sentí que había aprendido un montón y, sobre todo, me di cuenta de que hay una gran variedad de platos en la gastronomía japonesa que no conocemos porque nos hemos acostumbrado a que la comida japonesa sólo es pescado crudo, cuando eso no es así.

El curso no resultó barato pero no me arrepiento de haberme gastado cada céntimo que usé porque me encantó hacerlo, me encantó aprender y me encantó conocer a todos mis compañeros que son todos super geniales.

Ante todo darle las gracias a chef Kenya, fue el profesor que nos enseñó, además de ser super amable, fue un profesor estupendo, hasta el punto que también decidí hacer algunos cursos en su restaurante de los que aprendí también muchísimo.

(Menú realizado en uno de los cursos)

Si os gusta probar platos de distintos países, os aconsejo que no estereotipéis la gastronomía de los lugares por lo que estamos acostumbrados, hay muchísimo más de lo que nos dan a conocer.

Más adelante es posible que os ponga alguna recetita de las que aprendí para que veáis que no es tan difícil poder cocinar comida japonesa.